Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio

  • Autor: Francisco Palma Burgos.
  • Fecha de realización: 1985.
  • Iconografía: El expolio.
  • Dimensiones: 1,78 m.
  • Materiales: Madera policromada.

“Con Zamarrilla empecé a mis 20 años y con Zamarrilla termino”. Con estas palabras Francisco Palma resumía el principio y fin de su dilatada producción que, por extrañas casualidades del destino, se encontraron en el patrimonio artístico de la misma Hermandad.

La anatomía de Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio, como es habitual en los Cristos de Palma, se halla sólidamente construida, con las connotaciones de nobleza y propiedad extraíbles de su admiración por la escultura romana. Esto le indujo a modelar el amplio torso y los brazos del Santo Suplicio, con una depuración formal más incisiva y, en suma, más clasicista en cuanto a estudio del cuerpo humano; lo cual le hace huir de innecesarios y superficiales alardes de musculatura.

Marcha "Santo Suplicio" Fernando Claros

La configuración del rostro resalta las facciones valiéndose de planos profundos y cortes de gubia muy secos, con lo que se define una brusca interpenetración de volúmenes. La búsqueda de sensaciones de cansancio y agotamiento se traduce en el modelado de los párpados y en los labios entreabiertos, menos rudo que en las zonas restantes.

La policromía, elaborada con óleos, permiten demostrar a Palma sus dotes en el dominio de esta difícil técnica, a pesar de que en algunas áreas tangenciales (nariz y cuencas orbitales) la encarnadura presenta una entonación algo subida. Por lo demás, predominan las tonalidades claras como consecuencia del empleo de pigmentos de tornasolado muy suaves. En la zona del torso, las pátinas rosáceas y las veladuras contrastan con los tonos rojizos reservados a las heridas y los amoratados del hombro derecho, como consecuencia de la inflamación producida por el peso de la Cruz.

Como rasgo peculiar, destaca la presencia de un amplísimo paño de pureza que desciende hasta los pies subrayando, todavía más, la verticalidad del conjunto, a la vez que descarga de su función tenante a las piernas de la figura.

En la parte trasera junto a la cuerda que sujeta el paño de pureza, se encuentra la firma “PACO PALMA/1985”.

Vía Crucis

Actualmente la Imagen de Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio no procesiona en nuestra Semana Santa y lo hace desde el 2014 en el tercer Viernes de Cuaresma por las calles de la feligresía para la realización de un piadoso Vía Crucis en el interior de la Parroquia de Santa María de la Amargura.

En los últimos años se está trabajando en la futura salida procesional en Semana Santa.

Historia

Tres décadas han pasado desde que el 12 de Octubre de 1985, a las doce del mediodía en calle Martínez Maldonado, en el espacio comprendido entre la calle Pelayo y la avenida de Barcelona, delante de la ermita y a escasos metros de la desaparecida fundición “Los Remedios”, los hermanos de Zamarrilla aliviaron la herida que la barbarie abriera por la incomprensión, aquella fatídica madrugada del doce de mayo de 1931, en que fuera incendiada y destruida la anterior talla del escultor hispalense Antonio Castillo Lastrucci.

Antigua Imagen de Antonio Castillo Lastrucci

Para restituir la desaparecida imagen, la Hermandad de Zamarrilla encargaría a Francisco Palma Burgos, en agosto de 1984, una figura de Jesucristo, de acuerdo a la más pura escuela malagueña, que representara el bíblico momento de ser despojado de su Sagrada Túnica y la preparación de la Cruz. Dicho encargo se firmó en Italia, en Castell de Sant Elia, donde residía el escultor.

El tallado de la imagen se ejecutaría en madera de cedro, comenzando los trabajos a finales de febrero de 1985 en Torrejón de Ardoz (Madrid), siendo policromada con pinturas de óleos italianos en un improvisado taller del Pasillo de Atocha de Málaga, para ser terminada y  entregada a la Hermandad el 29 de junio del mismo año. El escultor quiso donar a la Hermandad la cuarta parte de los honorarios pactados.

La ceremonia de bendición fue celebrada por el Director Espiritual D. José Ávila Barbo, a la que asistió el escultor, siendo los padrinos Doña Susana Rueda Barrera y D. Eduardo Molina Duarte.

El acto fue presidido por la nueva imagen, a modo de retablo o dosel se empleó el manto de procesión de María Santísima de la Amargura, siendo el acto musicalmente acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús “El Rico”, la Coral de Santa María de la Victoria, Rondalla de Nuestra Señora de la Victoria y el Saetero “Niño de Canillas”.

El acto contó con unas 400 sillas y según el periódico local, Diario Sur, se contabilizaron alrededor de unas 2.000 personas.

La imagen ya bendecida presidió el pregón de la Semana Santa de 1986, que proclamara el siete de marzo del mencionado año el Sr. D. José Martín Delgado, Rector Magnífico de la Universidad de Málaga, en el Conservatorio Superior de Música de “El Ejido”.

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