- José Antonio Jiménez Muñoz
- 195 x 81 cm
- Aguafuerte, dibujo, una estampa
- Hermandad de Zamarrilla, Málaga
El cartel muestra una escena propia de la procesión del Jueves Santo: el caminar de los penitentes de la Amargura por delante de esta. La estampa se encuentra dividida en dos mitades. En la inferior, los nazarenos, anónimos, forman un bucle de color rojo, solo comprensible por la presencia de sus capirotes. En la superior, se dibuja el trono de la Virgen, el cual se destaca de manera imponente sobre la masa de nazarenos rojos.
Cielos nocturnos acompañan las imágenes de la Amargura y los Milagros. La madre junto a su hijo en la noche del Jueves Santo. El cuadro representa la expresión de un sentimiento del autor. Una serie de recuerdos de la infancia plasmados en una imagen, la de los Sagrados Titulares durante su exposición en la ermita de Zamarrilla un Viernes Santo, donde M.ª Stma. de la Amargura, de riguroso luto llora a su hijo muerto que yace a sus pies tendido en la cruz.
La Virgen con la mirada alzada hacia el cielo abre sus brazos clamando a Dios por la muerte de su hijo con un fondo de nubes negras y tinieblas que refuerzan ese momento triste y trágico.
Ambas figuras se encuentran encuadradas a modo imaginario en una forma geométrica romboidal, siendo el centro de dicha figura el halo que emerge de la cabeza de Jesús y que invita al espectador a dirigir ahí su mirada.
En el fondo se puede apreciar el estandarte de la sección de la Virgen. Sobre este encontramos una serie de escenas como el retrato en primer plano de la Amargura, protagonista del cartel, y dos escenas en la parte inferior. A la izquierda, los nazarenos, en el encierro, entrando en la ermita. A la derecha, el Cristo de los Milagros de espalda, dando la sensación al espectador de estar siguiendo su camino como parte de las promesas, a contraluz sobre un cielo rojizo, escoltado por cuatro hachones de su trono, creando un efecto de recogimiento muy especial. El marco designado es de color morado, uno de los colores de la corporación.
En esta composición podemos observar una superposición del Cristo y la Virgen, en clave realista. El fondo, de un tono morado y el marco rojo nos recuerdan sutilmente el color de sus cortejos de nazarenos. La cenefa que enmarca la escena también presenta simbología propia de la hermandad como las rosas o los puñales –en este caso en particular atravesando corazones, en referencia a los siete dolores de la Virgen María–. El texto se reparte de forma que todo el conjunto rezume simetría y proporcionalidad.
Para este cartel se escogió el cuadro de 1994 que realizara y donara el pintor para la hermandad. El artista experimenta con la minimización al límite de líneas y detalles, pero siendo aún reconocible de qué imagen se trata. Destaca la peculiar manera de dibujar las manos y el rostro, como si de un dibujo infantil se tratara.
Eugenio Chicano, siguiendo su línea de inspiración en el arte pop, escoge unos pocos colores, especialmente el blanco, el negro y el burdeos, para mostrarnos una versión de la Amargura que nos recuerda al estilo cómic. La corona, el tocado y la saya cuentan con tantos detalles que casi podemos hablar de “horror vacui”. De hecho, podemos apreciar como rellena cada hueco posible, a excepción del rostro de la dolorosa y el fondo, que hacen contraste con el “ruido” presente en el resto del retrato. El recuadro en el que enmarca su firma también nos recuerda al de los cómics.
Nos encontramos ante un retrato del perfil izquierdo del Cristo de los Milagros. Con un realismo notable y con abundantes detalles, el autor juega con el contraste del fondo, de tonos morados y violáceos, sin definir, sin ningún elemento reconocible.
El cartel de este año está protagonizado por el Cristo de los Milagros. Curiosamente, se representa de cuerpo entero en lugar de retratar solo el rostro o el busto, como suele ser más frecuente. La estampa es sencilla, el Cristo, protagonista, en el centro, flanqueado por dos hachetas (las de su trono). Aparece una rosa a los pies de la cruz, referenciando la leyenda del bandido y a la Virgen de la Amargura. La luna y los cirios encendidos de las hachetas nos hacen pensar que la estampa tiene lugar por la noche.
El autor nos presenta un retrato de la Amargura. Este es distinto a otros, pues nos muestra a la Virgen vestida de azul, por lo que no hace referencia al Jueves Santo, sino a algún otro momento del año en el que la Virgen se encuentra en la ermita. El fondo, de tonos neutros, está vacío, lo que reconduce la mirada del espectador hacia la titular mariana, reforzando su protagonismo.
Rostros de los sagrados titulares en carboncillo sobre fondo rosado magenta y morado en acrílico. Alrededor de la Amargura se puede leer el Ave María y alrededor de Nuestro Padre Jesús de Los Milagros, el Padre Nuestro. Debajo de la virgen se aprecia el fragmento de una mantilla, símbolo que une a su autora con la cofradía. Entrelazando ambos rostros se puede ver la Rosa de Zamarrilla. Al pasar por la imprenta el rojo claro que hacía referencia al color de la sección de la Virgen se aclaró aún más, dando como resultado este singular rosa de tonos fucsia que aparece en el cartel en su versión final.
La escena hace referencia a la famosa leyenda del bandido y representa el instante justo en el que este prende la rosa sirviéndose de su puñal para dar las gracias a la Amargura. El bandido de espaldas, la Virgen de frente, otorgándole el papel protagonista en la composición. En la esquina inferior izquierda aparece el escudo de la hermandad y en la derecha la firma del autor. Inspirada en el famoso Romance que escribió el malagueño Ignacio Román y cantado por la gran tonadillera Marifé de Triana. Como curiosidad: para realizar esta obra fue necesario bajar a la Virgen de su camarín y un hermano de la cofradía posó en el papel de bandolero.
La fotografía escogida representa el frontal del trono de la Virgen de la Amargura, a su paso por la Alameda Principal de Málaga. La Virgen mira de frente al espectador. En la parte inferior de la escena, tapando a los hombres de trono, se ha incluido un recuadro semitransparente con el texto informativo del cartel.
Representa la salida procesional del Cristo de los Milagros en la tarde del Jueves Santo, junto a la ermita. En primer plano destaca el saludo de uno de los mayordomos de la sección del Cristo a un niño vestido de nazareno sin faraona. El original tiene paspartú de color azul.
La imagen de Arenas Cansino sirvió para ilustrar el cartel de 2010, año en el que se celebraba el LXXV aniversario de la primera salida de la talla actual de la Virgen de la Amargura. En la escena se aprecia la procesión en la plaza de la Constitución, la cual está llena de gente tanto a pie de calle como en los balcones engalanados. La imagen tuvo que editarse, pues la original presentaba una rotura en la parte superior central.
La fotografía escogida representa al Cristo de los Milagros recorriendo el puente de la Aurora, a su vuelta tras realizar el recorrido oficial. Se puede aprecia cómo el trono está rodeado de público, contemplando la estampa. Fue el primer cartel fotográfico de la hermandad.
Representación de la salida de la sección de la Virgen de la ermita en la tarde del Jueves Santo. Sobre un fondo azul representando el cielo se alza la ermita, destacada de manera muy vertical. Tiene su puerta abierta, pudiendo verse en su interior la iluminación. Es precisamente de dicho lugar del que salen nazarenos de la sección de la Virgen. No se ve ninguna representación de los titulares de la hermandad, lo cual lo convierte en una estampa peculiar y singular.
Se representa, a través del realismo artístico, la escena de la cruz guía llegando a la plaza de la Constitución cada Jueves Santo. El Cristo de los Milagros, situado en el centro, por encima del hermano que porta la cruz, nos invita a pensar que es un elemento protector de este segundo. El pintor es hermano de la cofradía y portador del Cristo.
La autora nos presenta una escena típica de la procesión de Zamarrilla: su paso por la Alameda, en la noche del Jueves Santo. Sitúa al espectador como si se hubiera detenido en medio del cortejo procesional. A ambos lados se ven penitentes con velas, la mitad derecha de la composición está ocupada por tres mayordomos conversando, se aprecia otro vigilando a los penitentes más al fondo y, casi imperceptible, en el punto de fuga, podemos distinguir el trono de la Virgen de la Amargura.
La cofradía vuelve a escoger un cuadro de Rittwagen de 1995 para anunciar su salida procesional. Debemos comprenderlos como una pareja de obras, pues ambos ilustran la procesión en estilo naif, pero en momentos distintos. En este caso, podemos observar que la procesión ya ha avanzado y se encuentra por el puente de la Aurora. De nuevo se nos presentan los mismos elementos: el trono del Cristo, los penitentes de la Virgen y a la Amargura.
Retrato de estilo impresionista del Cristo de los Milagros. De nuevo, el fondo liso nos hace centrarnos únicamente en la imagen divina y los detalles de su composición.
El autor plasma, al más puro estilo naif, una estampa correspondiente a la procesión del Jueves Santo. Podemos apreciar los tronos de ambos titulares, así como a los penitentes de la Virgen y la ermita a un lado de la escena. Por la luz presente podemos suponer que se trata del momento de salida de la procesión. La obra, pintada en 1995, fue posteriormente seleccionada para anunciar la salida de 2003, por lo que se adaptó a formato cartel, añadiendo un marco rojo para poder insertar el texto.
Para llevar a cabo este cartel, Eugenio Chicano tomó como modelo una fotografía de la dolorosa de 1939 y la desdibujó, empleando apenas unos pocos colores, hasta obtener esta estampa, que consiste en un primer plano de la Amargura sobre un fondo liso burdeos. Dos tercios de la composición corresponden al dibujo de Chicano y el tercio restante al texto promocional de la salida del Jueves Santo de 2002.
Imágenes del Cristo y la Virgen con el escudo de la Hermandad, así como una representación de nazarenos de ambas secciones con bastones dorados. Tras los Milagros podemos apreciar una cruz a la que solo se le ven tres lados, simbolizando las potencias. También está presente el halo de divinidad.
Esta composición cuenta con varias escenas. La de mayor importancia y que más resalta es el Cristo de los Milagros, protagonista indiscutible de este cartel. Tras él podemos contemplar parte de la espadaña de la ermita de Zamarrilla. A su izquierda encontramos un Húsar de Pavía con corneta, en su pecho la rosa y el puñal y, finalmente, en la franja inferior, contemplamos a nazarenos de la Amargura, iluminando el camino de la dolorosa, que también está presente en la obra. Esta composición es capaz de aunar todos los elementos reconocibles de Zamarrilla: su titular cristífero, la procesión y la Virgen, el lugar donde reciben culto, el arma de caballería vinculada con la hermandad y la leyenda.
Imagen en primer plano de la Amargura sin corona, pero con una aureola de estrellas, destacando, sobredimensionados, la cruz pectoral con la rosa roja. Así mismo, sobresale el ramo de rosas en la esquina inferior izquierda tras el escudo de la Hermandad. Tras la Virgen se aprecia la ermita.
C/ Martínez Maldonado Nº 7
29007 (Málaga)
C/ Martínez Maldonado Nº 9
29007 (Málaga)
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