311 ANIVERSARIO CREACIÓN REGIMIENTO CABALLERÍA LUSITANIA

Hoy se cumple el 311º Aniversario de la creación del Regimiento de Caballería Lusitania. El día 18 de diciembre de 1709, por Real Cédula de Su Majestad el Rey Felipe V, se autorizó al Segundo Marqués de la Mina, Conde de Pezuela de las Torres, D. Jaime Miguel de Guzmán Dávalos y Spínola, Capitán General y Director General del Cuerpo de Dragones, a alistar una unidad de Caballería, que inicialmente, como era costumbre en aquel momento, se denominó como su fundador, Dragones de Pezuela, pero en 1718, mediante Real Decreto, pasó a llamarse definitivamente Regimiento «Lusitania», 10º de Dragones.

Muchas son las acciones y acontecimientos históricos en los que ha participado el regimiento de los “Dragones de la Muerte”, por otra parte extensamente estudiados en la Tesis Doctoral de Juan De la Puerta, oficial de Caballería, de la que se extraen algunas de estas líneas, y que reúne en su empuñadura la espada y la pluma, tradición ésta, por cierto, muy española.

En primer lugar, una de las intervenciones más productivas del Lusitania fue la segunda expedición al Río de la Plata con Pedro Antonio de Cevallos (1776-1778), y no sólo lo fue por los servicios prestados a la Patria sino por lo fecunda, orgánicamente hablando, de la misma. Esta operación en ultramar fue la primera vez que una fuerza conjunta atravesaba el Atlántico con motivo de un nuevo ataque portugués a nuestras provincias de las Indias Occidentales, en concreto, al Virreinato de Río de la Plata, ocupando diferentes localidades, entre ellas la Colonia de Sacramento, de su Banda Oriental, que después conformaría la República Oriental del Uruguay.

Precisamente, en un mes de diciembre, la expedición que había partido de Cádiz el 13 de noviembre de 1776 se hallaba navegando rumbo a Sudamérica con un importante grupo de fuerzas entre las que se contaban unos 150 Dragones del Lusitania, que alcanzarían el suelo continental ya en 1777. Y fue entonces cuando a partir de miembros del Lusitania, se conformarían como auténtico Cuerpo las preexistentes Milicias y Asambleas de Caballería, actuando los Lusitanos como auténticos catalizadores, y que tendrían la denominación de Blandengues, por la forma tan resuelta de blandir su armamento (lanzas y sables). Estos Cuerpos de Blandengues, empezarían a formarse primero en Buenos Aires como compañías de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires en las que se integrarían como hemos dicho Lusitanos como Antonio de Olavarría o Francisco Feijó, teniendo como heredero al Regimiento de Caballería de Tanques 6 “Blandengues” acantonado en la ciudad argentina de Concordia.

Posteriormente, y a imagen de esta unidad, también en un mes de diciembre, en concreto el día 7, pero esta vez del año 1796, fue cuando el Virrey del Río de la Plata, Pedro de Melo y Portugal, aprobaba la creación del Cuerpo Blandengues de la Frontera de Montevideo, en el que un Lusitano seria su primer Jefe, Cayetano Ramírez de Arellano, contando como Ayudante de la unidad de Blandengues el Prócer de la Banda Oriental y Patria Uruguaya, el oficial de Caballería José Gervasio Artigas, que alcanzaría la graduación de Coronel en el Ejército Español, y la de General del pueblo Oriental y Protector de la Unión de Pueblos Libres, aunque terminó exiliado en Paraguay donde viviría sus últimos 30 años. Como heredero de aquella unidad de Blandengues de Montevideo existe hoy en día el regimiento “Blandengues de Artigas” de Caballería Nº1, que tiene como «Misión Principal», la de Brindarle Honores Protocolares al Sr. Presidente de la República Oriental del Uruguay, preservando la memoria del Prócer con el Museo “Blandengues de Artigas”, así como la custodia de sus restos mortales.

Sobre la simbología del regimiento Lusitania, su lema «Lusitania tessera omni armatura fortier» (el Lusitania es más fuerte con su estandarte que con todas las armaduras) le fue concedido por SM el Rey Felipe V, tras la batalla de Milazzo en la isla de Sicilia en octubre de 1718, a consecuencias del obstinado empuje de los Lusitanos, que lograron no solo detener el ataque del enemigo, sino también iniciar el contraataque, a pesar del nutrido fuego en contra, demostrando un arrojo sin par, y explicando claramente la razón del lema, que la voluntad de vencer, hace invencibles a los Lusitanos, independientemente de las armaduras, caballos, blindados o carros de combate con que cabalguen sus jinetes.

Y dentro de la simbología, y en concreto la heráldica, está el actual escudo del Lusitania con su calavera y dos tibias cruzadas, ganado en la batalla de Madonna Del Olmo, en septiembre de 1744, en cuyo combate estos jinetes también alcanzaron el sobrenombre de “Dragones de la Muerte”, pues sacrificaron sus vidas por el resto de unidades. Pero este icono de apariencia escatológica, para la Poleomología Hispana tiene un significado totalmente distinto que en el resto del mundo pues existen y han existido una gran cantidad de países en los que hay tradición de unidades con la calavera como divisa, insignia o escudo.

El significado de terror y muerte para el enemigo que tiene en el extranjero la calavera, es totalmente contrario al significado que tiene para el Lusitania su escudo y que entronca con nuestras más antiguas tradiciones castrenses, llegando incluso a la época prerrománica, pues simboliza la capacidad de sacrificio de estos jinetes que están dispuestos a cabalgar hasta encontrar la muerte si hiciera falta para cumplir su misión de defender a España.

Esta idea y capacidad de sacrificio por parte de nuestros soldados se ha transmitido a través de los tiempos, y la hemos visto brotar a lo largo de nuestra Historia Bélica en multitud de episodios, como ya hemos citado en la batalla de Madonna Del Olmo, pero también en Saguntum y Numancia, en el Milagro de Empel, en el Sitio de Baler (los últimos de Filipinas), la muerte con sus Legionarios en Peña Tahuarda (Rif) del Teniente Coronel Jefe de la Legión Rafael de Valenzuela, o la muerte de los jinetes del regimiento de Caballería Alcántara con su Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera al frente, en las sucesivas cargas que cubrieron la retirada en el Desastre de Annual, y así una infinidad de hechos de armas que acreditan que el escudo del regimiento de Caballería Lusitania, recoge una profunda tradición española, que no tiene un significado de crueldad, sino todo lo contrario, de generosidad de unos jinetes que están dispuestos a dar su bien más preciado, su vida, por su Patria en defensa de la vida y la libertad de todos los españoles.

Y a lo largo de este tiempo, el Lusitania ha destinado escuadrones a todos los escenarios de operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, sin solución de continuidad, donde cabe destacar:
– Bosnia y Herzegovina: 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2005, 2006.
– Kosovo: 2000, 2001, 2002, 2009.- Irak: 2003, 2004, 2016.
– Líbano: 2007, 2008, 2009, 2010, 2012, 2016.

Queremos enviar nuestra más fraterna felicitación a nuestros Hermanos del Arma de Caballería, en especial a los componentes del Regimiento de Caballería “Lusitania” Nº8, y recordarles que siempre pedimos a nuestros Sagrados Titulares que bendigan y protejan a nuestro Hermanos Jinetes del Regimiento.

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